COMO HABLAR A SU ADOLESCENTE SOBRE LA IDEA DE IR A TERAPIA
/Como hablar a su adolescente sobre la idea de ir a terapia
Tocar el tema de ir a terapia con su adolescente es complicado y difícil de aceptar. Para los padres dedicados es importante sentir que están haciendo lo correcto ante el evento que su adolescente este pasando por alguna dificultad en su vida.
Los padres se sienten perdidos y sin saber cómo ayudarlos con sus problemas, y generalmente piensan en buscar ayuda profesional. Sin embargo, cuando hablan de la posibilidad de utilizar ayuda profesional, se encuentran que su adolescente está totalmente en contra e inclusive se puede sentir ofendido e insultado; pueden que simplemente se opongan o que se enfurezcan solamente con la idea de ir a terapia. Esta reacción adversa a la idea pone un gran y frustrante obstáculo a los padres que quieren ayudar a sus adolescentes que están enfrentando problemas, particularmente l con los adolescentes mayores que no pueden forzarlos a ir a terapia.
CUAL ES LA MEJOR MANERA DE HABLARLE A SU ADOLESCENTE SOBRE EL TEMA DE IR A TERAPIA PARA QUE ESTEN MAS ABIERTOS A ELLA?
Generalmente tengo esta conversación con los padres que no han podido lograr que sus adolescentes vengan a la primera terapia. Mi experiencia me ha enseñado que hablándoles en la manera que describo a continuación aumenta la posibilidad que estén dispuestos a ir a terapia y a darle una oportunidad.
Primero que todo
No lo esfuerce
No hay mejor manera de molestar a los adolescentes que forzándolos a hacer algo que no quieren ni están de acuerdo.
Dígale que no lo va a forzar a ir a terapia si no quiere hacerlo
Haciendo este comentario quitara parte de la resistencia y la tensión hacia la terapia. Su tono y su lenguaje corporal deben ser gentiles comunicando preocupación, más no disgusto ni irritabilidad ante su rebeldía en contra de la terapia. Recuerde que todos los seres humanos hacen lo que pueden para sentirse mejor, aunque sea claro a los ojos de otros que las acciones que están tomando son autodestructivas.
Recuerde que la motivación detrás de sus acciones es –Me quiero sentir mejor. Los adolescentes en verdad piensan que la terapia va a empeorar las cosas. Su trabajo consiste en ayudarlos a entender que la terapia no va a empeorar las cosas, sino todo lo contrario.
Invítelos a que hablen sobre sus objeciones y Ud. esté listo para objetarlas efectivamente.
Todos los adolescentes quieren ser escuchados y entendidos, denle la oportunidad de exponer sus ideas de porque no les gusta ir a un terapeuta y porque piensan que es una mala idea, escuche sin interrumpir, denle el tiempo y el espacio que requieran para que digan todo lo que quieren, cuidándose en todo momento de no caer en interrupciones para corregir u objetar lo que ellos estén diciendo. Después que hayan terminado refute lo que han dicho. A continuación algunos puntos para refutar o argumentar las objeciones más comunes:
Solo los locos van a terapia! Yo no estoy loco/a
El mensaje implícito con esta objeción es “Tú piensas que yo estoy loco/a”
Por eso es que quieres que yo vaya a terapia. Estoy siendo acusado de ser loco/a con esta sugerencia y lo considero un insulto por lo tanto estoy disgustado/a, herido/a o ambos.
SU ARGUMENTO: “La palabra loco es un insulto, no significa nada para un terapista. La terapia no es para la gente loca, la terapia ayuda a la gente normal que está pasando por problemas en su vida. Todos tenemos problemas porque la vida a veces es dura. Los terapeutas están entrenados para ayudar a sus pacientes a encontrar soluciones a sus problemas y hacerlos sentir más felices.
Yo no necesito terapia, pero tú sí!
El mensaje implícito aquí es “No quiero ser culpado por todo y yo quiero que tu tengas tu parte también”
SU ARGUMENTO: “Si, probablemente yo necesito terapia” sugiriendo que su adolescente vaya a terapia Ud. en principio le está pidiendo que sea honesto/a y enfrente sus problemas.
Ud. lo puede ayudar a sentir que está bien ser honesto/a y enfrentar sus problemas, dándole el ejemplo, haciendo Ud. lo mismo siendo honesta/o enfrentando sus problemas también. Puede decirle algo así: Yo siento que no lo estoy haciendo bien contigo, necesito ayuda por lo tanto voy hablar con un terapeuta, quiero mejorar y aprender hacer un mejor trabajo como padre. Yo pienso que un terapeuta me puede ayudar y pienso que a ti también.” Tomando esta posición derrumba la muralla de oposición, dejándolo/a más abierto/a a la posibilidad de buscar ayuda en un terapeuta. Adicionalmente, por experiencia propia, los adolescentes que mejoran y se benefician más de las terapias son aquellos que los padres están dispuestos al cambio y a participar en las terapias.
Si Ud. ha tenido una experiencia positiva con un terapeuta anteriormente no dude en dejárselo saber honestamente, pero de una manera adecuada para su edad. Siempre enfatice que el hecho que lo/a hará sentir mucho mejor.
El terapista te va a decir todo lo que yo diga
El mensaje aquí es: Si, esto es otra manera de controlarme. “Tú y el terapista solo se unirán en contra mía “
SU ARGUMENTO: “Yo estoy sugiriendo un terapeuta porque pienso te ayudara, no porque quiero controlarte. Cada terapista tiene la obligación legal y la ética profesional de mantener toda la información entre sus pacientes y el o ella completamente privada. El terapeuta será para ti, y la única forma que yo me entere de lo que hablen Uds. es solamente si tú lo permites. Sin privacidad, la terapia no funciona, por lo tanto yo no quiero intervenir en el proceso tratando de obtener información de tu terapeuta, y si yo tratara el o ella no me la darán.
El terapeuta va a ser malo conmigo
Generalmente los adolescentes tienen la idea que los terapeutas son duros, que los van a avergonzar, y que representan una figura autoritaria, que les restregaran sus problemas en la cara y los culparan, que en realidad harán que todo sea peor.
SU ARGUMENTO: “Si el terapista se porta de esa manera contigo, te doy permiso de irte de la terapia inmediatamente, y no iremos a esa/e terapeuta más. Si no te gusta el terapeuta por alguna razón tampoco iremos más ahí. Yo quiero que tengas el terapeuta con el que te sientas cómodo/a a gusto que te inspire confianza, no miedo, si el terapeuta que estés viendo no te hace sentir bien, pues buscamos otro. Yo quiero que se una buena experiencia para ti. ‘’
Dele a su adolescente la última palabra, pero dígale que de verdad Ud. quiere que le dé una oportunidad a la terapia, que está convencido/a que lo ayudara, sin embargo la decisión final es de el/ella.
También puede sugerirle que trate por un par de sesiones, y si no le gusta no tienen que volver. Dígale que lo peor que puede pasar es que pierda un par de horas de su vida en algo que lo puede ayudar a sentirse mejor.
Recuerde que puede tomar tiempo y varias conversaciones sobre el ir a una terapia antes que ellos este dispuestos a darle una oportunidad.
También permítale a su adolescente que tome tiempo pensándolo, y consultándolo con la almohada. A veces ellos quieren consultarlo con amigos o con otros adultos antes de tomar una decisión.
By Miguel Brown