TRAUMA
Cosas terribles e imperdonables a veces les pasa a los niños. Abuso físico, sexual o emocional es más común de lo que la sociedad le gusta admitir. Los niños ante estas situaciones hacen lo que tienen que hacer para sobrevivir. A veces esto incluye culpándose a ellos mismos, desconectándose de sus propias emociones, teniendo eventos explosivos de ira o rabia, desarrollando ansiedad y miedos por mencionar algunos. Estas respuestas ante el abuso generalmente tienen sentido ya que es la forma en que los niños enfrentan lo que les estaba pasando en ese momento. El problema surge cuando estos niños se convierten en adolescentes y usan las mismas estrategias que les funcionaron en el pasado. El culparse por el abuso sexual, pudo haber sido la única manera que el niño tuvo para continuara teniendo una imagen positiva del abusador del cual dependía completamente, pero al hacerse adolescentes esta manera de culparse por todas las cosas malas que le pasen se convierte en un problema en si mismo.
Algunas veces pueden hasta ponerse inconscientemente en situaciones donde ellos reviven experiencias o versiones de lo que les paso cuando niños es como una manera de tener algún tipo de control sobre lo que les paso, podemos citar el clásico ejemplo de los adolescentes que escogen parejas románticas abusivas como una manera de “resolver o arreglar” el abuso en su propio pasado.
Trauma puede ser también la muerte de un ser querido o desastres naturales. Cosas horribles y negativas que le pueden pasar a los niños y que no son la culpa de nadie. Si los niños no obtienen la ayuda necesaria para ayudarlos a enfrentar estos traumas se pueden convertir en adolescentes que piensan que las emociones o sentimientos son innecesarios y solo obstaculizan todo. A veces los adolescentes, pueden experimentar reviviscencias, depresión, y ansiedad todo relacionado con sus experiencias traumáticas hasta inclusive pueden sufrir de PTSD o Trastorno por el Estrés Post Traumático. Estos adolescentes necesitan ayuda para entender sus reacciones normales ante dolorosos y terribles eventos.
By Miguel Brown